Hola a todos,
he estrenado nueva imagen y nombre del blog. Ahora podréis encontrar todos mis post en
www.vidaenpositivo.com
Os veo alli.
Un abrazo a todos,
Ruth
nenúfaress
El blog de la vida en color, del pensamiento positivo y de las buenas noticias.
lunes, 27 de mayo de 2013
domingo, 27 de enero de 2013
El lado bueno de las cosas
Esta es una de esas películas que
montan a caballo entre el cine independiente y el comercial. Está narrada bajo
un prisma indie pero respaldada a su vez de una potente producción: Weinstein
company, perteneciente a los hermanos que más hilos manejan en Hollywood y con un reparto donde destacan desde iconos
del cine como Robert De Niro, hasta uno de los más recientes galanes como
Bradley Cooper.
Sea como fuere es una historia
que merece ser vista. Y no sólo por sus recientes ocho nominaciones a los Oscars
sino porque nos muestra de una forma muy colorida el retrato de una famila y
unos personajes totalmente disfuncionales.
Tenía todos los ingredientes para
ser un dramón de primera línea: un profesor de colegio que sale de un hospital
mental tras ser internado por una fuerte crisis de trastorno bipolar , un padre
enganchado a las apuestas deportivas y una mujer que suple la reciente defunción de
su marido con adicción al sexo.
Un cóctel explosivo que en este
caso está regado todo bajo un prisma de comicidad y ternura. Nos acerca a la realidad de un grupo de personas, donde no
se sabe si está más cuerdo el diagnosticado con enfermedad mental que el que
no, para que podamos andar con ellos de
la mano. Casi que nos quiere decir que todos somos un poco bichos raros. Los
trastornos emocionales o psicológicos que suelen tratarse con una profundidad
dramática casi religiosa en los filmes, nos los muestra con la cotidianidad con
las que todos nos lo deberíamos tomar. Porque no dejan de ser una faceta más
del ser humano.
La
película consigue, en un ejercicio magistral de equilibrismo, navegar entre la comedia romántica y la psique humana para
dejarnos un buen sabor de boca y enseñarnos lo que su título en español reza: que en todo lo que somos siempre podemos
encontrar “el lado bueno de las cosas”.
sábado, 19 de enero de 2013
Desayunos literarios
Inauguro el año con el propósito de retomar mi blog, que se
perdió en 2012 entre tardes de papillas y risas de bebe. Si la responsabilidad
de ser madre me deja un hueco intentaré seguir con la rutina de actualizarlo.
El rey Melchor, conocedor de mi gusto por escribir, me
regaló una entrada para acudir a Los Desayunos Literarios que tienen lugar en el teatro Calderón y que
acogen personalidades tan enriquecedoras como Fernando Savater, Elvira Lindo,
Antonio Muñoz Molina o Almudena Grandes, entre otros.
Mi desayuno especial era con Rosa Montero y el encuentro ha sido toda una lección de buen rollo
y positividad en toda regla.
Su presentador, el productor del teatro Luis Álvarez,
encendió la mecha hablándonos de que los escritores son el ejemplo tangible de
alguien que vive acorde a sus pasiones. Dedicarse a algo que a uno le gusta,
parte por desarrollar elementos que son básicos: dejar fluir el DESEO en
nosotros, una vez definido debemos darle el valor suficiente para transformarlo
en DECISIÓN de ponerlo en marcha, esta decisión que se convierta en DISCIPLINA
y por último en la DETERMINACIÓN de ser constantes y transformarlo en un hábito
que será lo que nos lleve a consagrar nuestro objetivo. Según sus palabras “todos
nacemos con la llave de nuestro éxito. Sólo hay que encontrar la puerta”. Y yo añado que muchos sabemos dónde puede
estar pero nos da terror abrirla. Algo semejante a saltar al vacío.
Y precisamente de miedo, pasión, éxito, identidad, e implicación social fue de
lo que nos habló, entre otras cosas, Rosa Montero en una clase magistral
de humildad y de persona con los pies en la tierra y fuerte conexión emocional.
Rosa, desmontó el éxito
de un plumazo cuando le preguntaron por el suyo propio: “El éxito no existe. Es
una cualidad que está en los ojos de los demás. Ellos te lo dan hoy, y te lo
quitan mañana. No es algo que debamos buscar. Nuestra búsqueda la debemos
enfocar en alcanzar la felicidad y para ello hay que ser coherente con nuestros
actos y pensamientos, porque muchas veces no hacemos lo que queremos hacer. Hay
que aspirar a vivir. Lo otro es salir en programas como Sálvame”. Esto está muy
enraizado con la pasión. “hacer lo
que uno quiere y rodeado de las personas que uno quiere en vez de buscar a toda
costa el reconocimiento de un público anónimo. Si persigues lo que te gusta, te
esfuerzas y trabajas en ello puedes llegar a ser competitivo y el
reconocimiento social o laboral vendrá solo. Y los premios no son sino el
consuelo del escritor ante sus propias inseguridades. El escritor, actor u
otras muchas profesiones liberales, se mueven entre crisis de creatividad, y
viven en una bruma de inseguridad, una herida en carne viva y los galardones
sirven como bálsamo curativo aunque no dejan de ser arbitrarios”.
Habló también del miedo
y de las crisis de angustia por la que ha atravesado, que la han servido para “conectar
con el lado salvaje de la vida”. Y dio una clave: hay que aprender a convivir
con el miedo, acostumbrarse a él, escucharle para saber qué nos quiere decir. No
es cuestión de enfrentarse al miedo y luchar suplicando : ¡por dios
que se vaya!, sino más bien caminar a su lado para conocerle, porque de su
conocimiento extraemos el conocimiento sobre nosotros mismos, lo que ayuda a hacernos
más fuertes y paradójicamente los miedos irán siendo cada vez más pequeños.
Habló de las sombras
alargadas de nuestros padres,
hermanos o amigos y que se proyectan en nosotros mismos en forma de deseos
ajenos, intentando que seamos algo que no nos pertenece. De aquí tenemos que
sacar otro gran aprendizaje. ¡Cómo nos relacionamos con las expectativas que
los demás tienen de nosotros! ¿Somos capaces de relativizarlos o anulan la búsqueda de nuestro propio deseo?
Habló de lo que somos:
“nuestros recuerdos son una construcción imaginaria, cada uno reinventa su
pasado. Y si reinventamos nuestra memoria, reinventaremos nuestra identidad”. Y
que equivocarnos es inherente al ser
humano. Cada uno tiene que elegir dónde quiere estar: ser de los que se
equivocan por acción, o ser de los que
se equivocan por omisión, por pasividad, por miedo a no hacer nada. Ella se
identifica de los activos a muerte.
Y habló, por último, de que para salir de la crisis todos tenemos
que asumir nuestra cuota de responsabilidad
social. Aprender lo positivo de otras culturas como la estadounidense,
donde cada uno crece sabiendo que tiene
una deuda social que tienen que devolver. No se puede dejar todo en manos de
políticos que están perdidos. Seguro que hay algo que podemos aportar a nuestros semejantes, porque puede que sea
mañana nosotros quién lo necesitemos. Y dio muestras con el ejemplo de su
reciente campaña estas navidades no sin juguetes donde puso en contacto a la gente
que donaba sus juguetes con los niños que
no podían disfrutar de reyes magos tan generosos como el mío.
Han sido dos horas de Rosa Montero donde de sus palabras nos
hemos llevado la sabiduría del que sabe aprender de sus errores, vivir acorde a
sus principios y hacer de la pasión un modo de vida, que se asemeja mucho a la
tan anhelada felicidad que todos buscamos.
domingo, 10 de junio de 2012
Como Gabrielle Bonheur se transformó en COCO CHANEL
Ayer ví la película “Coco, de la rebeldía a la leyenda de
Chanel” y me sorprendió conocer los inicios de uno de los mayores iconos de la
moda.
El nombre real de Coco, era Gabrielle. Tras la muerte de su
madre cuando contaba con unos seis años, fue abandonada por su padre en un
hospicio francés. Entre monjas aprendió a coser y debido a su habilidad con la
aguja, consiguió un empleo como costurera. Compaginaba este oficio diurno, con
el del cabaret, que le ayudaba a sufragar gastos y a soñar con un mundo mejor.
Dicen que fue ahí de donde le viene su apodo. Ya que una de las canciones que
cantaba podía haber sido “Qui Qu’ a Vu CoCo” (¿Alguien ha visto a Coco?),
sobrenombre de mascota.
Este ambiente le puso en contacto con gente relevante y
adinerada y se postula que su primera
tienda de sombreros “Modas Chanel” fue abierta gracias al apoyo económico de
uno de sus amantes.
Sea como fuere, y sin entrar a analizar la cuestión moral de
su ascenso, es sorprendente como rompió moldes. Prácticamente autodidacta,
cambió por completo el estilo de vestir. En aquella época las mujeres iban encorsetadas,
apretadas y con mucho frufrú y cancan. Los adornos eran excesivos y recargados:
plumas, flores y collares. Coco, instauró desde la sobriedad un modelo de
libertad de movimientos. Inspirada en la ropa masculina, captó la esencia de
los hombres de su época: mayordomos, marineros, mozos de cuadra, etc, para
ajustarla a un modelo de mujer del siglo XX.
Cada vez que escucho las biografías de mujeres y hombres que
han llegado al éxito no puedo dejar de pensar en cómo se han hecho hueco. Sobre
todo en una época en la que las comunicaciones no eran tan rápidas como ahora. Aunque
eso quizá fuera una ventaja. Ahora con tanta diversidad es más difícil. Pero lo
que está claro es que cuando alguien parte de cero, sólo le queda subir. Y no
cuenta con el miedo a romper la ficticia estabilidad que tenemos los que nos
vemos acomodados. Hay que hacer una reflexión interna y ver qué es lo que nos
impide cambiar y hacer eso que siempre hemos soñado. Cuando nos vemos cómodos
en el sofá, con nuestra televisión o la videoconsola, da más pereza decidirnos a
romper con lo que no nos gusta.
Y el éxito llegará cuando
decidamos ir en su busca.
sábado, 2 de junio de 2012
FLEXIBILIDAD: DESAFÍO DE LOS NUEVOS PADRES
Hace cuatro meses que di a luz a un pequeño príncipe. Durante
el embarazo intenté prepararme mentalmente para eso que llaman la
transformación a la maternidad, el giro de 180 grados que da tu vida. Los
consejos, aunque siempre bienintencionados, tenían un tono apocalíptico de
vaticinio del fin del mundo: duerme ahora que no podrás dormir, sal de restaurantes que luego no te dejará, ve
al cine que no podrás ver más películas, vete de copas, de museos, de teatros, de conciertos, lee libros,
haz el curso de esgrima o el de encaje de bolillos porque amiga, se acabó lo
que se daba. Pero tranquila que no te importará cuando veas la cara de tu hijo. No os quiero ni contar la
cara que se me quedaba a mí en ese momento. Y el tembleque de “Dios mío, pero
que he hecho.”
Afortunadamente, mi hijo nació y el mundo no se terminó.
En estos cuatro meses no he dejado de leer, he ido al teatro, he comido en restaurantes
tanto de día como de noche, he estado de tapeo en terracitas, he pasado una semanita en la playa, he estado
de visita turística un finde por Sevilla, nos hemos ido a Mérida otros cuatro
días, de merendola campestre, he aprendido cosas nuevas como cocinar postres,
crear este blog,… ¿sigo?
Y todo esto con
lactancia materna exclusiva, nada de biberones. O sea que el niño come de mi si
o si.
Con esto quiero dar un mensaje esperanzador a todas y todos
que se van a convertir en padres.
Lo que he aprendido y me ha enseñado mi hijo es
flexibilidad. Nos regimos por parámetros fijos que nos cuesta mucho romper y
nos da pánico quebrar nuestros hábitos
establecidos. Pero cuando algo nuevo llega a tu vida, bien sea un hijo, un
traslado de domicilio o un cambio de trabajo, si nos centramos en lo que perdemos, la
angustia y el pesimismo está asegurado. Y además debemos saber, que no
perdemos, cambiamos. Cambia el ambiente, cambiamos nosotros y debemos encontrar
la manera de adaptarnos a nuestro nuevo
yo.
Pues claro que el tiempo dedicado al ocio individual no es
el mismo (este blog, por ejemplo, lo actualizo cuando puedo), y claro que he
aparcado momentáneamente algunas cosas en las que estaba inmersa y que me requerían más tiempo o compromiso con
otras personas. Pero las retomaré más adelante o quién sabe, quizás encuentre
algo que me satisfaga más.
Y hay que aceptar los imprevistos según van surgiendo: Nos acaban
de denegar las guarderías públicas. Eso supone cambios: ¿guarderías privadas? ¿Lo
cuidarán los abuelos? ¿Nos mudaremos de domicilio?
Un hijo abre las puertas a lo desconocido, te permite
reinventarte y ser flexible, muy flexible. Lo que vale hoy puede que no valga
mañana. Pero ¿quién ha dicho qué no será mejor?
domingo, 22 de abril de 2012
SALUD ES BELLEZA
Hace unos días me encontré con una conocida. Me quedé
ojiplática. Había perdido 8 kilos. Donde antes había redondez, encontré marcas
de huesos, donde había sensualidad me topé con decaimiento, y donde había
expresividad, unas ojeras que acentuaban el cansancio. No supe que decir: sólo “qué
delgada estas”. Lo peor es que ante este comentario, ella sonrió triunfante:
- ¡Gracias! Sigo la dieta Dunkam.
Así que este post es un alegato a las formas. Estamos tan
acostumbrados a lo que nos venden que perdemos la conciencia crítica.
Nos venden ideal de belleza por salud. Y ese ideal es todo
menos saludable. Cada vez veo a más estrellas de televisión quedarse en los
huesos, sin pechos ni caderas, cada vez oigo decir a más chicas delgadas, que
están a dieta. ¿Dieta de qué? Hay que darse cuenta que la moda se rige por unos
parámetros que buscan la venta y el enriquecimiento personal. En la época de
las modelos voluptuosas, las estrellas eran ellas. Así que los modistos
cambiaron de técnica. Si enseñamos mujeres sin curvas, solo huesos, nuestros
vestidos serán los reyes de la pasarela y el diseñador la estrella. Y hoy más
que nunca los diseñadores están en la cresta de la ola. Además no hay que
olvidar que muchos de ellos son de tendencia homosexual, y su gusto por las
formas masculinas está muy presente. Hoy la belleza de la mujer se presenta
como un hombre andrógino. Sin curvas, sin vientre, y alejado de la esencia de
mujer real. Y si no que se lo digan al último rey de pasarelas. Andrej Pejic, un
hombre que desfila mostrando moda de mujer. Y no es de extrañar porque su
cuerpo es similar al de muchas de sus compañeras femeninas.
Por eso hay que quitarse la venda y no querer imitar algo
que se aleja de nosotras. Vamos a apostar por lo que somos. Por la mujer real,
con el vientre con forma, vientre de Venus, con las caderas redondeadas, con
busto o sin busto pero aceptándolo como parte de una misma. Y sobre todo por la
diversidad: no todas somos iguales y que así sea por muchos años.
Y en vez de intentar sentirse mejor haciendo dietas que
atentan contra una misma, potenciar la autoestima cultivando el intelecto, realizando proyectos enriquecedores, aprendiendo
a tomar las riendas de la vida, haciendo ejercicio moderado y saludable, dedicando
tiempo al descanso y a respirar en plena naturaleza y comiendo una dieta
mediterránea, saludable que te mantenga con energía.
Y a ver si entre todos empezamos a cambiar este lema de Belleza igual a Salud y lo convertimos en lo que debe ser: la Salud un sinónimo de Belleza.