Hace unos días me encontré con una conocida. Me quedé
ojiplática. Había perdido 8 kilos. Donde antes había redondez, encontré marcas
de huesos, donde había sensualidad me topé con decaimiento, y donde había
expresividad, unas ojeras que acentuaban el cansancio. No supe que decir: sólo “qué
delgada estas”. Lo peor es que ante este comentario, ella sonrió triunfante:
- ¡Gracias! Sigo la dieta Dunkam.
Así que este post es un alegato a las formas. Estamos tan
acostumbrados a lo que nos venden que perdemos la conciencia crítica.
Nos venden ideal de belleza por salud. Y ese ideal es todo
menos saludable. Cada vez veo a más estrellas de televisión quedarse en los
huesos, sin pechos ni caderas, cada vez oigo decir a más chicas delgadas, que
están a dieta. ¿Dieta de qué? Hay que darse cuenta que la moda se rige por unos
parámetros que buscan la venta y el enriquecimiento personal. En la época de
las modelos voluptuosas, las estrellas eran ellas. Así que los modistos
cambiaron de técnica. Si enseñamos mujeres sin curvas, solo huesos, nuestros
vestidos serán los reyes de la pasarela y el diseñador la estrella. Y hoy más
que nunca los diseñadores están en la cresta de la ola. Además no hay que
olvidar que muchos de ellos son de tendencia homosexual, y su gusto por las
formas masculinas está muy presente. Hoy la belleza de la mujer se presenta
como un hombre andrógino. Sin curvas, sin vientre, y alejado de la esencia de
mujer real. Y si no que se lo digan al último rey de pasarelas. Andrej Pejic, un
hombre que desfila mostrando moda de mujer. Y no es de extrañar porque su
cuerpo es similar al de muchas de sus compañeras femeninas.
Por eso hay que quitarse la venda y no querer imitar algo
que se aleja de nosotras. Vamos a apostar por lo que somos. Por la mujer real,
con el vientre con forma, vientre de Venus, con las caderas redondeadas, con
busto o sin busto pero aceptándolo como parte de una misma. Y sobre todo por la
diversidad: no todas somos iguales y que así sea por muchos años.
Y en vez de intentar sentirse mejor haciendo dietas que
atentan contra una misma, potenciar la autoestima cultivando el intelecto, realizando proyectos enriquecedores, aprendiendo
a tomar las riendas de la vida, haciendo ejercicio moderado y saludable, dedicando
tiempo al descanso y a respirar en plena naturaleza y comiendo una dieta
mediterránea, saludable que te mantenga con energía.
Y a ver si entre todos empezamos a cambiar este lema de Belleza igual a Salud y lo convertimos en lo que debe ser: la Salud un sinónimo de Belleza.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarAplaudo y apoyo este tipo de artículos sobre la anoréxia, una de las grandes plagas de este siglo. La anorexia una grave enfermedad que mata poco a poco, gramo a gramo, kilo a kilo, inculcada por los medios de comunicación en su apartados publicitarios, de forma muy cruel. Envuelta en bonitas promesas de felicidades y juventudes eternas, en formas y colores inalcanzables como no sea en fotoshops, o como se diga; en engaños endulcorados. Este virus mortal de necesidad, que no puede detectarse en laboratorio científico alguno, es lanzado al aire alegremente para que hombres y mujeres de todas las edades, se gasten los sueldos, herencias o lo ganad en loterías, que más dá,todo, todito el dinero, grandes cantidades de dinero, en consegir dejar de comer, es decir, de vivir, para estar más bello. Y lo que consiguen, al final, los que pican a fondo este envenenado cebo, no es más que mostrar al mundo un desagradable esqueleto, visto a través de una piel peluda y arrugada, sin necesidad, eso sí, de ponerse tras una pantalla de rayos X.
Felicidades, pues, Ruth, por tus entradas...Sigue escribiendo como lo haces, y contándonos lo que nos cuentas.
Muchas gracias por tu comentario Silvia!y a ver si mas voces como la tuya hacen eco en la conciencia individual de cada uno
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